miércoles, 15 de julio de 2009

ACAROS

LOS ácaros forman parte del grupo más antiguo, diverso y numeroso de animales que ha existido desde que apareció la vida en el planeta, el de los artrópodos. Conviene por lo mismo señalar algunas de las más importantes características de estos animales, antes de entrar al tema concreto de los ácaros.

Los artrópodos, cuyo nombre significa "patas articuladas" (del griego arthron=articular y podos=pie), aparecieron en los mares del Cámbrico hace más de 500 millones de años y desde entonces han sido el grupo dominante sobre la Tierra, en cuanto al número de especies se refiere. Fueron también los primeros animales que pasaron del ambiente acuático al terrestre, incursionaron tierra adentro y se adaptaron a todos los hábitats de este medio. Es imposible precisar el número de especies y mucho menos el número de individuos que han poblado y continúan poblando las aguas, el aire y el suelo, pero se calcula que son alrededor de 10 millones de especies, gran parte de las cuales aún no han sido descritas. De cualquier manera, su número es muy superior al de todos los demás seres vivos juntos.

Los primeros artrópodos de los que se tiene noticia fueron los trilobites, extinguidos hace mucho. Por los restos fósiles que se han conservado y que son testimonio de su existencia, se sabe que durante 300 millones de años se propagaron en las aguas de los océanos, y desaparecieron durante el periodo Pérmico; sin embargo, durante todo este tiempo fueron evolucionando en otras formas, dando así origen a todas las demás ramas de artrópodos que actualmente se conocen y que se encuentran distribuidas en el mundo entero, adaptados a todos los hábitats accesibles a la vida y asociados a todos los demás seres vivos. Son especialmente importantes por su directa participación en la vida del hombre y sus actividades diarias, sea en sus aspectos económico, nutricional, agrícola, médico o veterinario.

El conjunto de todos ellos constituyen el phylum Arthropoda, que se divide en tres grandes subphyla: a) el de los Trilobitomorpha, que comprende a todas las formas fósiles de trilobites; b)c) el de los Mandibulata, con antenas y mandíbulas (sin quelíceros ni pedipalpos), que incluye a los crustáceos, los miriápodos y los insectos.
el de los Chelicerata, provistos de quelíceros y pedipalpos (sin antenas ni mandíbulas), donde se agrupa a las cacerolitas, los arácnidos, los ácaros y las arañas de mar y

Introducción




The parasitic mite Acarapis woodi Hirst is not visible with the naked eye; microscopic examination is necessary as they vary in size between only 125 and 174 microns (Delfinado-Baker and Baker 1982).

El ácaro parasítico Acarapis woodi Hirst no es visible a simple vista, siendo necesario el examen microscópico ya que su tamaño oscila únicamente entre 125 y 174 micrones (Delfinado-Baker y Baker 1982). Tiene básicamente una forma ovalada, y es de color blanco traslúcido. Este ácaro infecta los tubos traqueales de la respiración (o tráquea) y los sacos de aire de la abeja melífera, y se suele presentar en cuantiosos números, gracias a lo cual consigue perforar las paredes de la tráquea y alimentarse de la hemolinfa de la abeja.

METODO DE INFESTACION

Los ácaros traqueales son tan móviles como las abejas que los acarrean. Se mueven dentro de los apiarios, y de un apiario a otro, con las labores de forraje y los movimientos en vuelo de las abejas y los enjambres. Es, sin embargo, el movimiento en las colonias de abejas melíferas causado por los apicultores lo que constituye el principal factor en la propagación de este parásito.

Solamente las abejas adultas jóvenes de menos de 4 días son susceptibles a la infección (Gary et al. 1989); el estado fisiológico de las abejas más viejas parece ser un factor prohibitivo en la infestación de ácaros traqueales. Los ácaros se transfieren fácilmente de una abeja a otra. Son atraídos por la vibración de las alas a los espiráculos torácicos que hay justamente en la región de las raíces de las alas de la abeja (Sachs 1952).

Síntomas de infección


Un síntoma común de que la colonia está gravemente infectada de ácaros traqueales es la aparición de abejas adultas que se arrastran por el suelo o en la hierba en los alrededores de la entrada a la colmena. Esta señal puede ser sintomática de otras enfermedades bacteriales o virales, cuyos efectos pueden ser intensificados por el estrés adicional causado por la infestación de ácaros traqueales. Véase también la sección sobre agentes de enfermedades diversas.

Métodos de detección de la enfermedad


Disease detection methods

Para poner coto a la infección, se decapitan abejas adultas y se les quita el collar protorácico con un bisturí. Así se pueden inspeccionar las tráqueas torácicas. Las tráqueas infectadas de las abeja melífera, al ser coloreadas, muestran costras de color marrón o negro, o bien son totalmente negras, dependiendo del nivel de infestación. En comparación, las tráqueas sanas y sin infección son transparentes y de color ámbar claro (Delfinado-Baker 1984).

SALUD

La Importancia de Mantener Aseados Nuestros Muebles, Colchones y Demás...

LOS ACAROS

Los ácaros son pequeños arácnidos no visibles a simple vista (200-500 micras) que viven habitualmente en nuestro hogar, concentrándose en gran números en los lugares donde encuentran las condiciones optimas de alimentación, calo y humedad.

Se encuentran principalmente en alfombras y moquetas, tapicerías, colchones, almohadas y sillones o sofás. También pueden encontrarse en productos alimenticios almacenados en el interior de la vivienda.

Las hembras producen de 25 a 50 huevos y una nueva generación de adultos aparece cada tres semanas.

En los colchones y almohadas es donde se encuentran en mayor numero. En estos sitios tienen el grado de calor y humedad necesarios, al igual que su alimentos principal: las escamas dérmicas humanas que se desprenden mientras dormimos.

Esto puede explicar porque muchos pacientes presentan sintomatología alérgica mas acusada o aguda durante la noche : estornudos, picor nasal y ocular, secreción nasal, tos nocturna, dificultad respiratoria, etc.

Esta sintomatología puede estar causada por el contacto continuado durante la noche con colchones y almohadas llenos de ácaros y las partículas alergénicas que producen los ácaros que se dispersan en forma de fino polvillo. Estos componentes proceden principalmente de las heces, verdaderos vehículos de la actividad alergénica de los ácaros.

Los ácaros se desarrollan entre las fibras naturales y sintéticas, por lo que se encuentran en gran numero en cualquier tipo de colchón, especialmente en los que se hayan utilizado durante varios años.

El lavado frecuente de las sabanas es necesario, pero no consigue la solución del problema ya que, nos es eficaz para eliminar los ácaros acumulados entre las almohadas y colchones.